"Entendiendo juntos el desarrollo a través de la acción colectiva"

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lunes, 1 de febrero de 2010

"La rica promesa de los bienes comunes"...



Elionor Ostrom, quien compartió el premio Nóbel de Economía 2009 con el profesor Williamson, hace un aporte fundamental para la disciplina debilitanto la "inevitable tragedia de los comunes" de Hardin y de paso terminando con la dicotomía Sector Privado vs. Sector Público en el manejo de los bienes comunes. Para entender un poco sus planteamientos, a continuación se reproducen apartes de un interesante artículo de David Bollier sobre el particular publicado en la revista Forbes:

(...) Tal como el trabajo pionero de la Profesora Elinor Ostrom a lo largo de las últimas tres décadas ha demostrado, comunidades auto-organizadas de 'commoners' son muy capaces de gestionar bosques, pesca y otros recursos finitos sin destruirlos. Ostrom ganó el Premio Nobel de Economía por explicar como funcionan los bienes comunes en la vida real, especialmente en el manejo de recursos naturales.

Artificiosos experimentos del "dilema del prisionero" desde hace tiempo han pretendido mostrar la futilidad e irracionalidad de la cooperación de unos con otros. Pero el trabajo de Ostrom ha demostrado que las personas pueden de hecho desarrollar sistemas de comunicación y coordinación para trabajar juntas en la gestión de la riqueza colectiva. Pueden cultivar confianza recíproca y normas sociales necesarias para asignar los recursos escasos con justicia. Pueden elaborar reglas efectivas y sanciones graduales para castigar free riders y vándalos. La «tragedia», aunque siempre posible, no es inevitable (
de ahí que se hable de nuevas jerarquías institucionales)

Un hito en la obra de Ostrom "Governing the Commons: The Evolution of Institutions for Collective Action", explica cómo estos principios se presentan en diferentes contextos entre agricultores en Valencia, España, quienes han gestionado canales de riego por cerca de 1000 años, o entre aldeanos suizos, quienes han manejado sustentablemente praderas de pastoreo alpino por centurias, y muchos otros.

En un momento en el cual el secreto de la sustentabilidad medioambiental sigue sin descubrirse, el trabajo de Ostrom tiene mucho que decir. Por ejemplo, si la regulación gubernamental tradicional es demasiado ineficiente y no da respuesta a la coyuntura local, Ostrom ha propuesto "planes gubernamentales de alcance limitado" que dejan a los participantes elaborar las reglas ellos mismos, con sujeción a ciertos principios de diseño general (límites claros a los espacios públicos, la participación de todos los afectados, monitoreo, etc). Tales enfoques dejan a la gente diseñar sus propios regímenes de gobernanza, que son a medida de las peculiaridades de los recursos locales y pueden aprovechar la familiaridad personal de los comuneros con éstos.

Los burócratas a veces no tienen la información correcta, mientras que los ciudadanos y los usuarios de los recursos sí, declaró recientemente Ostrom a un periodista
(léase fallos de coordinación macroeconómica o risgo moral). La gran virtud de los commons es que pueden ser la respuesta, una forma eficaz de administrar un recurso en el interés público sin regulaciones ni legalismos de mando-y-control.

Quizás el ejemplo más claro de este escenario sea Internet. Gracias a un conjunto compartido de protocolos técnicos no-propietarios que permiten que diferentes tipos de computadoras interactúen unas con otras, Internet se ha convertido en el mayor y más robusto bien común de la historia. Cualquiera puede armar una comunidad para su propio nicho: seleccionar y compartir fotos, música, vídeos, blogs, investigación y mucho más.

Aunque Ostrom no ha escrito mucho sobre Internet y los commons en línea, su trabajo habla claramente de las formas en que las personas pueden auto-organizarse para cuidar de los recursos que les interesan (...)

Es una idea que Elinor Ostrom ha dedicado su carrera en documentar: con un marco de directivas adecuado, los commoners pueden hacerse cargo de sus propios problemas y elaborar sus propias reglas y normas sociales para gestionar su riqueza compartida.

Ahora que el Premio Nobel ha honrado a la investigación pionera de Ostrom, es el momento de desterrar los viejos prejuicios acerca de la "tragedia de los comunes", ir más allá del debate "gobierno vs. mercado" y explorar la rica promesa de los Bienes Comunes.

Ahora bien, queda en debate las siguientes preguntas: ¿Los acuerdos institucionales son aplicables en todos los niveles de actividad social? (pensemos por ejemplo, en la gestión del conocimiento a nivel de nuestros cursos de economía); ¿Todas las comunidades son suceptibles de aplicar estos criterios de gobernanza?, ¿Qué podemos pensar del caso particular del Departamento del Cauca?

Entrada publicada por: Fabián Enrique Salazar


1 comentario:

monica dijo...

Me parecen muy relevantes y pertinentes estas preguntas. Posiblemente, las respuestas no estarán cerca del "establishment", pero si muy cerca de la creación de nuevas formas de hacer las cosas.
Se trata de innovar, Señoras y Señores, en todo. En la forma de hacer política, de diseñar políticas públicas, de enseñanza, de vivir las ciudades, etc. y considero que un mundo así es posible, con nuevos liderazgos colectivos, no caudillistas.