"Entendiendo juntos el desarrollo a través de la acción colectiva"

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lunes, 22 de febrero de 2010

El papel relevante de la ética o de una buena "atmósfera" en el crecimiento económico y desarrollo

Un aporte de la teoría institucionalista es que los costos de transacción se incrementan cuando la atmósfera política y económica se “enrarece”, ralentizándose con ello el crecimiento económico y reduciéndose la competitividad en un entorno de economía globalizada. Esta comprobación llevó a que los gobiernos de países con mayor crecimiento, las agencias internacionales de cooperación, a los grandes organismos prestatarios internacionales y, como no, las grandes multinacionales a volver a preocuparse por los gobiernos y sus administraciones, y como consecuencia a resaltar la importancia de tener gobiernos honestos (para empezar, no corruptos).

La nueva economía institucional defiende que los fracasos del mercado tienen origen frecuentemente en los costos de transacción, pues la organización económica es, ante todo, un problema de contratación, de cómo relacionarse contractualmente para intercambiar económicamente. Los costos de transacción implican la suma de todos los costos relacionados con decidir, negociar, planificar u organizar un contrato. En suma, son los costos de dirigir el sistema económico y pueden ser de dos tipos: ex ante y ex post. Los "ex ante" se aplican a los costos de preparar, negociar y salvaguardar un acuerdo. Los "ex post" se refieren a los costos de mala adaptación, cuando las transacciones divergen de la especificación original del contrato; los costos de regateo, para corregir transacciones posteriores al contrato; los costos de instalación y dirección, relacionados con las estructuras de gobierno a las que someten sus discusiones; y los costos de vinculación, por llevar a cabo compromisos seguros. Donde existe incertidumbre elevada y reduciuda capacidad de control por la multiplicidad de transacciones, como es el caso en la actualidad, en todas las economías, los costos asociados a los contratos son altos, por lo que podrían producirse fracasos en el mercado.

Ahora es importante introducir el papel del oportunismo o la búsqueda del interés personal con astucia; este oportunismo se puede manifestar como selección adversa y como riesgo moral (dos caras de una misma moneda). Los proveedores, racionalmente, tienden a proporcionar información incompleta o tergiversada a sus contratistas. Este oportunismo es un problema sobre todo en el supuesto del intercambio de pequeñas cantidades, como sucede cuando existe escases de posibles proveedores. La competencia entre un gran número de proveedores en un mercado puede asegurar que, a los proveedores que se comporten de forma oportunista, les será difícil conseguir la renovación del contrato. Pero cuando el número de proveedores es pequeño en el mercado la sanción contra el oportunista es menos efectiva. Además, la especificidad de los bienes producidos hace que resulte caro a los compradores romper el contrato e iniciar una negociación nueva. En esos supuestos, los compradores están vinculados a compromisos de larga duración con un pequeño número de proveedores privilegiados, que pueden actuar como des-incentivadores para nuevos contratistas y reductores de las señales de mercado. De todo lo anteriormente enunciado se deduce que, si las personas embarcadas en actividades económicas actuaran maximizando su interés continuamente, el mercado produciría constantemente “trampas sociales”, es decir, situaciones en las que para evitar ser engañados los actores incurrirían en continuos mecanismos de control y aseguramiento, incrementando enormemente los costos de transacción y reduciendo, cuando no paralizando, la actividad económica (Rothstein, 2000). Por el contrario, si dichas personas actuaran impulsadas no sólo por criterios oportunistas y de interés inmediato, sino también por criterios morales y normativos, y confiaran en que los demás iban a actuar en el mismo sentido, los resultados serían muy diferentes.

Por ello el actual nobel Oliver Williamson crea el concepto de "atmósfera", que resume la base moral que enmarca el sistema de transacciones y afirma que los beneficios derivados de crear una atmósfera adecuada para las transacciones económicas es un justificante esencial para el diseño de estructuras de gobierno. Así, el desarrollo económico dependería de variables como la estructura institucional o el ambiente cooperativo. Cuanto mayor es el desarrollo económico, mayores son los costos de transacción, lo que genera dificultades mayores para dinamizar la economía; por ello, sólo cuando se afrontan adecuadamente dichos costos, la economía de los países crece. En general, la minimización de costos de transacción se produce 1) mediante normas legales o formales que garanticen los derechos de propiedad y su cumplimiento; 2) mediante normas informales que reduzcan o bien los costos de medición (dando mas o mejor información sobre las preferencias de los contratantes) o bien los costos de cumplimiento. En síntesis, una sociedad con instituciones eficaces, donde cada actor crea en el otro, empezando por el gobierno, será una sociedad con menores costos de transacción y más competitiva, una estrategia que está haciendo muchisima falta en nuestro contexto nacional y local. 


Fabian E. Salazar

1 comentario:

monica dijo...

Excelente artículo!